Limpieza Facial

La limpieza facial es el primer paso esencial para mantener una piel saludable y radiante. Con productos adecuados como geles, espumas y tónicos, eliminarás impurezas, exceso de grasa y restos de maquillaje sin agredir la barrera cutánea.

Realizar una limpieza facial diaria ayuda a prevenir brotes de acné, puntos negros y envejecimiento prematuro. Los limpiadores espumantes ofrecen una sensación fresca y profunda, mientras que los geles limpiadores equilibran el pH. El uso de un tónico facial después de la limpieza restaura la hidratación y prepara la piel para los tratamientos posteriores.

Para una rutina completa, se recomienda complementar con un exfoliante suave 1–2 veces por semana, que elimine células muertas y mejore la textura. Finaliza con un suero o crema hidratante adaptada a tu tipo de piel para mantener la elasticidad y luminosidad del rostro.

Preguntas frecuentes sobre limpieza facial

¿Cuántas veces al día debo limpiar mi rostro?

Lo ideal es limpiar la piel dos veces al día: por la mañana para eliminar el sebo acumulado y por la noche para retirar impurezas y maquillaje.

¿Puedo usar exfoliante todos los días?

No. La exfoliación diaria puede irritar la piel. Realiza este paso 1–2 veces por semana según la sensibilidad de tu piel.

¿Cuál es la diferencia entre gel y espuma limpiadora?

El gel es más equilibrante y refrescante; la espuma penetra más profundamente en los poros, ideal para pieles mixtas o grasas.

¿Necesito tónico después de limpiar el rostro?

Sí, el tónico ayuda a restaurar el pH, hidratar y preparar la piel para absorber mejor los activos de hidratantes o tratamientos.

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